martes, 19 de marzo de 2013

Educación Inclusiva

Las diferencias configuran nuestro mundo, pero aún así parece ser que no las aceptamos. Vamos por la calle , nos encontramos a una persona que no es igual que nosotros,  la miramos con extrañeza y nos alejamos como con miedo. No nos gusta que nos vinculen con algo o alguien que sea inusual por temor a los comentarios, o por terror.
Pero, ¿por qué nos empeñamos en seguir a la sociedad marcándolas? La riqueza está ahí. 
No podemos consentir que los centros educativos las marquen con barreras arquitectónicas, aulas de apoyo, actividades para un niño de infantil...debemos intengrarlos,  luchar por una inclusión educativo  y así lograremos una educación de calidad para todos.
Pero antes de nada deben producirse unos cambios en la metodología, adecuación del aula, así como los recursos, se trata de cambiar el "chip" y apostar por una educación inclusiva.Comencemos por el principio de los tiempos.
            

Las escuelas inclusivas son el medio para combatir las actitudes discriminatorias creando comunidades de bienvenida, una sociedad inclusiva. Todos los alumnos tienen derecho a la educación y dar respuestas a sus necesidades, por ello se aborda desde los derechos que tenemos todos los seres humanos.
La finalidad de la inclusión es obtener igualdad, altas expectativas  no pedir más de los que se puede conseguir pero sí al máximo, alto rendimiento, prácticas de convivencia y como no, calidad. Al fin y al cabo todo ello repercute en la inclusión social.

Cuatro son los pilares fundamentales sobre los que se sustentan:

- Educación básica como derecho de todos sin distinción.
- Educación de calidad, equidad, igualdad de oportunidades e inclusiva.
- Responder a  las necesidades e intereses de cada alumno.
- Un medio para que se puedan desenvolver.

 Se pretende es dar otro enfoque, hay muchas maneras de caminar y no siempre por la que vamos es la más adecuada, aunque nos empeñemos en ella.

La manera de conseguirlo  sería primeramente por replantarnos aquello que venimos haciendo, dejar a un lado lo antiguo y apostar por cosas nuevas, a veces no es necesario cambiar todo, sino establecer un equilibrio entre ambas.  Debe estar presente una mayor participación de los elementos que forman el sistema, dar respuesta a la diversidad, que se valore por igual a los alumnos y al personal. y apoyar las cualidades y necesidades de todos los estudiantes.

En una escuela inclusiva se deben desarrollar programas educativos estimulantes, adecuados y que promuevan aprendizajes significativos, sentimiento de comunidad, clima adecuado, y un entendimiento de las diferencias como una riqueza. Para ello siempre es necesario que toda la comunidad educativa esté implicada.

Actualmente mucha de las persona con discapacidad, en el caso que las haya en una escuela van a un aula de apoyo, realizan actividades distintas a los de los demás...los excluimos porque nos resulta más fácil. Pero con esto lo único que se consigue es marcar aún más las diferencias, y lo peor de todo es que estamos educando a niños que componen esas clase, es decir, indirectamente los educamos en las diferencias con el ejemplo que les damos. Está claro, que no podemos predicar algo que desde los actos no hacemos.
La idea es que las aulas sean abiertas, entendiendo estas como un espacio en el que puedan participar cualquier miembro de la comunidad, así como padres, alumnos de otros cursos y crear una clase que responda a las necesidades de todos.


Muchos pensaran que es algo imposible, difícil  pero se puede. Sin ir más lejos Pablo Pineda Ferrer fue el primer europeo en 1999 con Sindrome de Down que obtuvo un título universitario, concretamente es diplomado en Magisterio de Educación Especial, posteriormente se matriculó en su segunda carrera Psicopedagogía, y participó en el año 2009 en la película "Yo también" con la que fue galardonado con la Concha de Plata al mejor actor en el Festival de Cine de San Sebastian. Además da conferencias y ponencias sobre la discapacidad y su experiencia.



Hace unos meses era conocido como "Super Antonio" a través de un corto que ha rodado el equipo de "Estamos Rodando" dentro de la campaña navideña de la organización andaluza y que actualmente tiene más de 500.000 visitas. Antonio es un niño de 5 años de San Fernando (Cádiz) con parálisis cerebral y sufre problemas motores y alumno del colegio Camposoto. Una vez más se nos muestra un ejemplo de superación y que no son un obstáculos para el resto de los compañeros, como dicen sus compañeros, es el más querido de la clase.



Historias que animan a que los estudiante de este campo nos animemos a seguir luchando y a cambiar, y por supuesto no pasan desapercibido.


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